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La Izquierda Cristiana declara al pueblo de Chile



Enfrentados a la segunda vuelta presidencial, la Organización de Izquierda Cristiana entiende que es un deber político y ético  fundamental  para  nuestra  organización,  decir  una palabra frente al proceso electoral que se avecina.



Antes que todo queremos reafirmar que tenemos la convicción de que creemos en la democracia y que consecuentemente con ello creemos que el soberano es el pueblo Chileno, y que la base de una verdadera democracia, consiste en crear las condiciones para que efectivamente sea el pueblo el que mande.

Creemos, en consecuencia, que ni las cúpulas políticas, ni los partidos, ni los movimientos pueden atribuirse, pura y simplemente, su representación.

Por eso el destinatario de esta carta es al Pueblo de Chile, en el entendido que es quien resolverá y deberá en consecuencia asumir la responsabilidad sobre las implicancias de su decisión en el próximo evento eleccionario, en el cual entregará el futuro de la administración del estado para los próximos cuatro años.

Cuando adscribimos a desarrollar trabajo político en el Frente Amplio lo hicimos sobre el convencimiento que este referente contenía elementos  para convertirse en un referente político que aspira a lograr una unidad profunda, duradera y con capacidad de lograr cambios significativos en la sociedad Chilena, y que ésta no podía lograrse sin considerar entre sus actores principales al pueblo de Chile y sus diversas organizaciones sociales, sindicales, partidarias y políticas, de no hacerlo, terminaría por convertirse en un referente hegemonizante y prioritariamente abocado a satisfacer aspiraciones electorales, como ya ha ocurrido con otros fenómenos políticos.

Los resultados de las elecciones parlamentarias muestran un gran logro electoral del proyecto del FA, convirtiéndolo en la tercera fuerza política. No obstante, no olvidamos que este solo representa un 8,5 % del universo de los hombres y mujeres que tiene derecho a voto. Esto significa que debemos seguir construyendo procesos de unidad antineoliberal y desarrollando mecanismos para una mayor participación política del Pueblo.

Tampoco fue Beatriz Sánchez, candidata del FA, quien pasó a segunda vuelta.


Nuestro compromiso electoral terminó, por tanto, en las elecciones pasadas. El proceso electoral está ahora centrado en una segunda vuelta en que se definirá el próximo presidente entre dos candidatos que no representan nuestra opción.

Para quienes militamos en la Izquierda Cristiana, se da por evidente que ni un voto de la IC irá para el candidato de derecha Sebastián Piñera. La derecha ha demostrado que cuando suma el poder político, al poder económico que detenta, lo usa a favor de los interese de las minorías privilegiadas que representa. Creemos que un gobierno de Piñera, representará un estancamiento en la recuperación de los derechos sociales, en la administración de la economía, en la resolución de las cuestiones étnicas, y en la protección de los recursos naturales y la biodiversidad. Por el contrario, avanzará en consolidar el modelo de explotación humana y de los recursos natural sin otra mirada que la búsqueda de la acumulación económica. En el mejor de los casos quizás no desmantele algunos de los pocos avances sociales que se han logrado en el actual gobierno. Un gobierno de derecha no significará nada beneficioso para la vida del pueblo. 

Tampoco lo es, por la vía del mal menor, llamar a votar sin reparos por el   candidato Alejandro Guiller, quien como ya lo habíamos expresado, representa la continuidad de un proyecto político que   se ha caracterizado por su entrega y sumisión sin reparos a la administración, mantención, profundización y perpetuación del sistema (neoliberal), ha conducido a la pérdida de credibilidad en los actores políticos y minado la posibilidades de construir un Chile mejor, con verdadera justicia social, solidario e incluyente. No ha mostrado voluntad política para facilitar la participación social. A las demandas sociales ha respondido realizando reformas superficiales que evidencian la voluntad política de no realizar modificaciones profundas en ninguna de las áreas sensibles de la sociedad.

Para la Izquierda Cristiana, es claro que ambos proyectos no son iguales, como también es claro que, con matices representan la comunidad del proyecto neoliberal.

En ese contexto, la Izquierda Cristiana, ha dejado en libertad de acción a sus militantes, para que en conciencia y en comunidad, evalúen según los acontecimientos de aquí a las elecciones, la posición, apoyo o abstinencia, acción de propaganda o silencio, con la cual enfrentarán la segunda vuelta electoral.

Para la Izquierda Cristiana, esto no constituye un acto de renuncia a nuestras luchas, ni a oponernos en todos aquellos proyectos que lesionan los intereses de los pobres y oprimidos, de los vulnerables y del pueblo que decimos representar, y que simultáneamente pongan en riesgo de sobreexplotación y de extinción nuestro patrimonio material que será también el de las generaciones futuras. 

Llamamos al pueblo, a que también realice ese acto de libertad de conciencia considerando que la acción de cada uno de los potenciales votantes en la segunda vuelta determinará el futuro de la sociedad. Contrario a lo que se piensa, en el sistema electoral chileno, todos expresamos nuestra voluntad electoral, incluyendo a quienes no votan.

En la puesta en escena de la segunda vuelta, aparecerán temas largamente sentidos como el cambio de la constitución, cambio sistema de seguridad social, sistema educacional, etc. Entendemos que la libertad de conciencia se convierte en activa cuando evalúa y valora los hechos, por tanto, llamamos a ponderar los proyectos y compromisos detrás de cada candidatura, el nivel de coherencia con las expectativas personales y la credibilidad que le merecen al momento de la toma de decisiones electorales.

La responsabilidad política no termina en un acto electoral. Hacemos, por tanto, un llamado a que la libertad de conciencia activa se exprese también exigiendo y tensionando al futuro gobierno y a los parlamentarios del FA, para avanzar en el cumplimiento de los programas comprometidos.

Al pueblo de Chile.
Fraternalmente.



IZQUIERDA CRISTIANA DE CHILE                                                         
29 de Noviembre de 2017 

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