domingo

La Izquierda Cristiana declara al pueblo de Chile



Enfrentados a la segunda vuelta presidencial, la Organización de Izquierda Cristiana entiende que es un deber político y ético  fundamental  para  nuestra  organización,  decir  una palabra frente al proceso electoral que se avecina.



Antes que todo queremos reafirmar que tenemos la convicción de que creemos en la democracia y que consecuentemente con ello creemos que el soberano es el pueblo Chileno, y que la base de una verdadera democracia, consiste en crear las condiciones para que efectivamente sea el pueblo el que mande.

Creemos, en consecuencia, que ni las cúpulas políticas, ni los partidos, ni los movimientos pueden atribuirse, pura y simplemente, su representación.

Por eso el destinatario de esta carta es al Pueblo de Chile, en el entendido que es quien resolverá y deberá en consecuencia asumir la responsabilidad sobre las implicancias de su decisión en el próximo evento eleccionario, en el cual entregará el futuro de la administración del estado para los próximos cuatro años.

Cuando adscribimos a desarrollar trabajo político en el Frente Amplio lo hicimos sobre el convencimiento que este referente contenía elementos  para convertirse en un referente político que aspira a lograr una unidad profunda, duradera y con capacidad de lograr cambios significativos en la sociedad Chilena, y que ésta no podía lograrse sin considerar entre sus actores principales al pueblo de Chile y sus diversas organizaciones sociales, sindicales, partidarias y políticas, de no hacerlo, terminaría por convertirse en un referente hegemonizante y prioritariamente abocado a satisfacer aspiraciones electorales, como ya ha ocurrido con otros fenómenos políticos.

Los resultados de las elecciones parlamentarias muestran un gran logro electoral del proyecto del FA, convirtiéndolo en la tercera fuerza política. No obstante, no olvidamos que este solo representa un 8,5 % del universo de los hombres y mujeres que tiene derecho a voto. Esto significa que debemos seguir construyendo procesos de unidad antineoliberal y desarrollando mecanismos para una mayor participación política del Pueblo.

Tampoco fue Beatriz Sánchez, candidata del FA, quien pasó a segunda vuelta.


Nuestro compromiso electoral terminó, por tanto, en las elecciones pasadas. El proceso electoral está ahora centrado en una segunda vuelta en que se definirá el próximo presidente entre dos candidatos que no representan nuestra opción.

Para quienes militamos en la Izquierda Cristiana, se da por evidente que ni un voto de la IC irá para el candidato de derecha Sebastián Piñera. La derecha ha demostrado que cuando suma el poder político, al poder económico que detenta, lo usa a favor de los interese de las minorías privilegiadas que representa. Creemos que un gobierno de Piñera, representará un estancamiento en la recuperación de los derechos sociales, en la administración de la economía, en la resolución de las cuestiones étnicas, y en la protección de los recursos naturales y la biodiversidad. Por el contrario, avanzará en consolidar el modelo de explotación humana y de los recursos natural sin otra mirada que la búsqueda de la acumulación económica. En el mejor de los casos quizás no desmantele algunos de los pocos avances sociales que se han logrado en el actual gobierno. Un gobierno de derecha no significará nada beneficioso para la vida del pueblo. 

Tampoco lo es, por la vía del mal menor, llamar a votar sin reparos por el   candidato Alejandro Guiller, quien como ya lo habíamos expresado, representa la continuidad de un proyecto político que   se ha caracterizado por su entrega y sumisión sin reparos a la administración, mantención, profundización y perpetuación del sistema (neoliberal), ha conducido a la pérdida de credibilidad en los actores políticos y minado la posibilidades de construir un Chile mejor, con verdadera justicia social, solidario e incluyente. No ha mostrado voluntad política para facilitar la participación social. A las demandas sociales ha respondido realizando reformas superficiales que evidencian la voluntad política de no realizar modificaciones profundas en ninguna de las áreas sensibles de la sociedad.

Para la Izquierda Cristiana, es claro que ambos proyectos no son iguales, como también es claro que, con matices representan la comunidad del proyecto neoliberal.

En ese contexto, la Izquierda Cristiana, ha dejado en libertad de acción a sus militantes, para que en conciencia y en comunidad, evalúen según los acontecimientos de aquí a las elecciones, la posición, apoyo o abstinencia, acción de propaganda o silencio, con la cual enfrentarán la segunda vuelta electoral.

Para la Izquierda Cristiana, esto no constituye un acto de renuncia a nuestras luchas, ni a oponernos en todos aquellos proyectos que lesionan los intereses de los pobres y oprimidos, de los vulnerables y del pueblo que decimos representar, y que simultáneamente pongan en riesgo de sobreexplotación y de extinción nuestro patrimonio material que será también el de las generaciones futuras. 

Llamamos al pueblo, a que también realice ese acto de libertad de conciencia considerando que la acción de cada uno de los potenciales votantes en la segunda vuelta determinará el futuro de la sociedad. Contrario a lo que se piensa, en el sistema electoral chileno, todos expresamos nuestra voluntad electoral, incluyendo a quienes no votan.

En la puesta en escena de la segunda vuelta, aparecerán temas largamente sentidos como el cambio de la constitución, cambio sistema de seguridad social, sistema educacional, etc. Entendemos que la libertad de conciencia se convierte en activa cuando evalúa y valora los hechos, por tanto, llamamos a ponderar los proyectos y compromisos detrás de cada candidatura, el nivel de coherencia con las expectativas personales y la credibilidad que le merecen al momento de la toma de decisiones electorales.

La responsabilidad política no termina en un acto electoral. Hacemos, por tanto, un llamado a que la libertad de conciencia activa se exprese también exigiendo y tensionando al futuro gobierno y a los parlamentarios del FA, para avanzar en el cumplimiento de los programas comprometidos.

Al pueblo de Chile.
Fraternalmente.



IZQUIERDA CRISTIANA DE CHILE                                                         
29 de Noviembre de 2017 

viernes

MDP fija su posición para segunda vuelta

MDP fija su posición para segunda vuelta

El Movimiento Democrático Popular, organización integrante de la Mesa Nacional del Frente Amplio, y del cual la Izquierda Cristiana es parte, ante la actual coyuntura electoral señala:
Valoramos la masiva y contundente  votación obtenida por nuestra candidata presidencial Beatriz Sánchez y la elección de una importante bancada parlamentaria del Frente Amplio; de igual manera, agradecemos la significativa adhesión obtenida por nuestros candidatos cros  Doris González y Alberto Mayol. A nuestro entender, lo sucedido obedece a un altísimo respaldo a un Programa alternativo, que contiene las tareas básicas pendientes de transformación  estructural  de la institucionalidad vigente, y que permitirá abrir Las grandes Alamedas para la transformación profunda del actual modelo económico neoliberal dominante.
El Programa de nuestra candidata presidencial y del FA, busca refundar y reconstituir una nueva institucionalidad para abrir paso a una democracia participativa y protagónica del pueblo chileno. Por lo mismo, consideramos  prioritario la convocatoria a una Asamblea Constituyente para la elaboración de una nueva Constitución democrática que consagre los derechos sociales,  económicos, culturales y ambientales y que permita la recuperación de las riquezas básicas y los recursos naturales; el termino de las AFP y  su reemplazo por  un sistema solidario, tripartito y de reparto propuesto por la Coordinadora NO+AFP, el desarrollo de una verdadera descentralización del país; la constitución de un gran polo de propiedad social, la progresiva adquisición social y pública de la propiedad de las empresas y sectores estratégicos de la economía  que genere excedentes para el desarrollo de políticas públicas en torno a salud, educación y previsión y que se rija por criterios de sustentabilidad y la moratoria y la revisión de los actuales Tratados de Libre Comercio con participación ciudadana vinculante.
En el marco de debate del FA para definir una posición conjunta ante la segunda vuelta presidencial  como MDP proponemos:
1. El Frente Amplio debe declarar inequívocamente que sea cual sea el resultado de la segunda vuelta presidencial que seremos oposición al gobierno que emerja de esa elección pues nuestro programa busca una transformación estructural de la política económica neoliberal imperante.
2. En coherencia con lo anterior, señalamos que ningún tema puede ser objeto de negociación previa de cara a la segunda vuelta presidencial, pues todo diálogo deberá darse el 2018  de cara a los ciudadanos tanto en el nuevo Congreso electo y con las organizaciones de Trabajadores sociales y populares, y deberá ser en torno al  Programa de gobierno qué presentamos desde la candidatura presidencial del Frente Amplio.
3. No cabe duda que un eventual gobierno de la derecha con Piñera es un serio retroceso para nuestro país y en consecuencia entendemos que el pueblo votará para impedir que la derecha empresarial y política con Sebastián Piñera gane la elección en segunda vuelta. Por lo mismo, consideramos  de plena responsabilidad del senador Guillier convocar y sintonizar con las grandes aspiraciones transformadoras de quienes votaron por el Frente Amplio. Esta es la única manera para impedir que la derecha empresarial y política con Sebastián Piñera gane la elección en segunda vuelta.
4. Finalmente, el MDP respalda las luchas de los trabajadores del sector público que se movilizan y paralizan por un reajuste justo y apoya activamente la convocatoria a la realización de una Protesta Nacional convocada por el Movimiento la Coordinadora Nacional de Trabajadores de No + AFP el 30 de noviembre.
Por un Polo de Izquierda en el Frente Amplio
Izquierda Cristiana  23 Ago 2017

Hemos decidido conformar un Polo de Izquierda y sumarnos al Frente Amplio, mediante la siguiente declaración:
En enero del presente año la Izquierda Cristiana de Chile expresó la disposición para conformar un Frente Amplioque albergue todas las vertientes ideológicas y políticas de la izquierda chilena. Este lugar de encuentro de mujeres y hombres, sosteníamos, debe fomentar el despliegue de las diversas organizaciones sindicales, artísticas, medioambientales, autogestionadas, barriales, poblacionales, ecuménicas, religiosas, de la educación y la salud popular, de allegados, cesantes, migrantes, recreativas y políticas, que se declaren empeñadas en comprometer tiempos, ánimos y compañerismo para diseñar y llevar adelante varios procesos colectivos que ayuden a superar el capitalismo.
La Izquierda Cristiana de Chile asume que la unidad de estas diversas manifestaciones sociales se hace posible en las experiencias de construcción de soberanía popular, en todos sus niveles y formas, y observamos que el Frente Amplio es una instancia pertinente y que ha logrado congregar voluntades y disponer las condiciones para arribar a ese propósito. En ese curso de acción reconocemos y felicitamos la participación de nuestros militantes a nivel comunal y en las primarias presidenciales del Frente Amplio.
Transcurridos ocho meses de la declaración de enero, vemos con preocupación que la coordinación nacional del Frente Amplio haya sostenido una política de exclusión de las fuerzas que han querido integrarse a este espacio, a quienes no se les ha permitido participar en dicha instancia, y estimamos imprescindible que un referente político que se plantee la superación del modelo neoliberal requiere necesariamente la mayor amplitud y generosidad posible, para lo cual se hace preciso tener una disposición y voluntad unitaria que hemos visto ausente.
Esta inquietud surge en el entendido que solo un programa de transformaciones de las instituciones económicas y políticas del neoliberalismo, facilitará la construcción de una sociedad del buen vivir que ayude a resolver los problemas y cumpla los anhelos del Pueblo de Chile.
De este modo, y con miras a la consecución de los objetivos señalados en nuestra declaración de principios, la Izquierda Cristiana de Chile resuelve lo siguiente:
1) Ratificamos nuestra disposición a integrarnos en propiedad al Frente Amplio, en las coordinaciones regionales y nacionales, a fin de ser parte activa de estos espacios, con miras a colaborar con un proyecto que se plantee sin ambigüedades la construcción de una sociedad del buen vivir, lo que supone la transformación radical de las instituciones sociales y políticas existentes, a la vez que un nuevo orden constitucional marcado por una profunda vocación democrática, tanto en lo político, como en lo económico, lo social y cultural; y
2) Conformaremos un Polo de Izquierda, tanto con organizaciones políticas que son parte del Frente Amplio como con aquellas que han sido excluidas o no forman parte de este.
POR UNA SOCIEDAD DEL BUEN VIVIR
POR LA UNIDAD POLÍTICA Y SOCIAL DEL PUEBLO

IZQUIERDA CRISTIANA DE CHILE

martes

Daño, resistencia y socorro mutuo, Bosco Parra

                                                                                              Bosco Parra, Diciembre 2016

1. Situación de daño y sujeto político

Daño es, aquí, el perjuicio moral y biológico que sufre el ser humano a causa de la agresividad competitiva y de las perturbaciones ambientales que desata una cultura centrada en la obtención voraz de la máxima ganancia.

El daño es una situación de la que no escapa nadie. Tampoco las clases en pugna. La lucha de éstas puede llevar al hundimiento de la sociedad entera, si la de los explotados no discierne entre el trabajo que merece ser hecho y el que le asigna la relación de producción que produce veneno.

Mientras, podemos calificar de sujeto político a cualquier individuo de la especie humana que decida actuar de inmediato contra el daño. (1)

La inmediatez distingue a este sujeto político del “ciudadano”: el ciudadano debe esperar la mediación del Estado para actuar, lo que supone demora. Su utilidad y la de sus representantes se manifiestan cuando operan como portavoces del sujeto político en lucha.


2. La gravedad del daño

¿Por qué la inmediatez? Por la gravedad del daño, por la magnitud del peligro.

Para fundar lo dicho, en vez de transcribir datos de la abundante información científica corriente, recurrimos a la síntesis que proponen dos filósofos que han abordado el problema.

von Wright (2) propone pensar la relación actual entre la especie humana y la naturaleza siguiendo una metáfora clásica. Hybris: la sociedad industrial hiere a la naturaleza, la explota sin límites, con arrogancia y soberbia. Némesis: la naturaleza responde con desórdenes que ya afectan a la salud misma de la especie. A esta venganza, la sociedad ofrece una defensa débil y desconcertada que se explica, más que por deficiencias técnicas, por la fragilidad moral que sigue a la ausencia de valores solidarios.

Roberto Torretti (3): “El género humano ha dejado de ser una idea abstracta - para convertirse en una sociedad concreta, unida, para mal o para bien, por un destino común“. Este puede consistir en “la aniquilación general por conflagración atómica o por el envenenamiento del ambiente o bien, en nuevas y mejores condiciones materiales de vida para todos”. Agrega: “hoy por hoy, no parece verosímil que los hombres, por esquivar la primera alternativa, renuncien a la civilización industrial que nos tienta con la segunda”. Pregunta: los términos de esta elección ¿son independientes el uno del otro? Diremos no: la tentación es el nexo entre ambos. Las nuevas y mejores condiciones materiales, mostrándose apetecibles, inducen a hacer algo que no conviene hacer, a tomar algo que no conviene tomar: lo excesivo. A la tentación se cae. Lo razonable, que no necesita ser definido por alguien externo al sujeto, sino por su propio buen juicio - se degrada en ansia desaforada (en veneno, en basura).


3. El autocontrol del daño

Moulian: después de distinguir entre el deseo que nace de la profundidad de la vida humana, y el despilfarro hedonista inducido por el sistema de la ganancia, propone: “es preciso construir una cultura que, poniendo al centro el deseo, coloca también en el centro el autocontrol”. (4)

El límite. Puede entenderse el autocontrol como la determinación del límite, y, por límite, el punto concreto, material, perceptible, en que la producción de cosas acarrea perjuicio. Percepción acrítica del daño: es la comprobación puramente sanitaria por parte de ‘los entendidos’ de una “anormalidad” que es con frecuencia de larga data; mediciones perezosas rutinarias.

El enfado. El individuo doméstico siente dentro de su propia casa el desperdicio: montones de basura. Los echa fuera, enojo contra la autoridad que no la retira. Pero aguanta, como la mayoría.

El reciclaje. Un acto higiénico que ya es una crítica primaria. El sujeto distingue entre lo necesario y el exceso, y elimina el exceso. Pero, también como la mayoría, encarga a un tercero su eliminación.


4. El conflicto de resistencia y socorro

Lo normal es el aguante, soportar con enojo, pero sin oponerse, dejando que las cosas, malas, sigan su curso. Pero hay quien no. Hay quien choca, contra la autoridad, contra la empresa, contra los vecinos incluso. Genera un conflicto muy especial: no tiene un adversario, sino múltiples agresiones simultáneas, porque los daños son de innumerables orígenes. Está cercado y debe defender todo el cerco al mismo tiempo. Entonces, si la agresión es multiforme, su fuerza propia deber ser también multiforme, plurivalente.

¿Cuál es esta fuerza? Su capacidad o fuerza de trabajo. O sea, su cuerpo activo - no el cuerpo foucauldiano medido y amarrado. Puede trabajar como resistencia, atravesándose en los caminos del dañador. Puede también limpiar y reparar - y cuando la oposición es demasiada, puede pedir socorro a sus iguales. Entre varios, romper resulta posible.

5. Trabajo autónomo y comunitario

En esta situación, el sujeto, ahora político y transformador, adhiere, consciente o inconscientemente, a una regularidad histórica: Cada vez que los necesitados deben superar carencias inaplazables desentendidas por la sociedad, recurren a la realización autónoma e inmediata de su capacidad de trabajo, reproduciendo así sus vidas, no sólo de manera primaria, sino también con dignidad y belleza.

Por ejemplo, a cada mal, un trabajo asociado.

Así: ¿Enfermedad? = asociaciones de socorro mutuo                                               

¿Explotación? = sociedades y federaciones de resistencia, mancomunales

¿Inmoralidad y vicios? = su propia educación y crítica a la religión que no entrega moral

¿Amarguras? = sociedades de recreo. (5)

Se trata de una estructura que sostiene todos los primeros movimientos de reivindicación obrera: utopismos, anarquismos, cooperativismos, etc. Un común denominador puede encontrarse en la preocupación por la cultura. Pero la multiplicidad de facetas se verá reducida y homogeneizada por el binomio partido-sindicato. Llegado el momento de enfrentar política y socialmente al fascismo, la derrota obrera se explicará en buena medida por la ausencia de las concepciones utopistas del trabajo propuestas por Fourier

(6). Estas, al concebir el esfuerzo humano como una cooperación con el desarrollo propio de la naturaleza, y no como su explotación ilimitada - sustraían al trabajo de una estructura de supremacía tecnocrática, que resultaría más útil al proyecto bélico fascista que a cualquier esfuerzo democratizador.

Gabriel Salazar (7) comprueba que la presencia de la estructura básica antes mencionada logra que sucesos tan diversos como el bandidaje popular y las sociedades mutuales operen sin embargo como antecedente de identidades de creciente autonomía cultural y fuerte consistencia histórica. Las sociedades mutuales, por ejemplo, no surgieron para inaugurar la lucha sindical, sino “para ir modelando una propuesta construida en su propia vida“. Desarrollan un trabajo “creativo “que les permite configurar un modelo de acción comunitaria que se fue proyectando hasta devenir, hacia 1918, en un poder social con capacidad de acción constituyente.

El modelo de acción comunitaria, la necesidad de acción comunitaria ha sobrevivido a todos los derrumbes. Hoy pueden llamarse neonarodnismo, ecologismo de los pobres, neo-anarquismo, consumismos libertarios, autonomismo, etc. Y bajo uno y otro nombre, el principio de resistencia y socorro mutuo.


6. Trabajo político manual
La forma práctica que toma hoy el modelo comunitario es el experimento: el cambio que expresa la vida cotidiana cuando se introduce en ella el valor de la solidaridad, de la autoayuda y el socorro mutuo, sobre todo “con mucho trabajo manual“: Mellado (8)

Primero el alimento
El mismo Mellado: ¿qué se va a comer en el invierno?

En un mural se podía leer hace poco: “llegará el día en que te des cuenta que no puedes comer billetes“

Hay que pensar como si ya estuviéramos en ese día - preparados.

Atender a la agricultura, ya sea campesina o urbana (diga lo que diga el respetado Samir
Amin). Cada día se sabe de más huertos familiares, de barrio, de permacultura, etc.: todas ellas experiencias de solidaridad manual.

Todas estas actividades sirven además para combatir el miedo. Maturana (9) define el miedo como un espacio de sucesos sin acciones posibles. Hay mil acciones posibles y cada vez son más las que culminan en práctica habitual. A más acciones, menos miedo.

7. Giros hacia

No se puede renunciar de golpe a toda la civilización industrial. Pero sí es posible, juntando las resistencias que ya existen, instalar ciertas reflexiones que hasta ahora se evaden. Lo que se logre abrirá caminos hacia una manera distinta de organizarnos. Se pueden considerar fundamentales las siguientes direcciones: una pausa tecnológica, una consideración de la historia natural, y la reflexión política.

Una pausa tecnológica

Maturana: “pero no ahora“(9). A la larga, es bueno conocer todos los problemas relacionados con la fertilización y la implantación del óvulo en la especie humana. Pero no ahora, cuando van a ser usados de manera mercantil.

Bunge: “La tecnología tiene que ser más conservadora que la ciencia“. Los escándalos de los medicamentos mutagénicos de los años 60 pueden repetirse si el paso de la investigación pura a la aplicada y de ésta a la producción, se efectúa con la sola regulación de la rapidez, propia de la tecnología (10)

La historia natural
El problema lo expone Sebald: “Entre Historia e Historia Natural“(11). Podemos preguntarnos cuándo la historia natural puede predominar sobre la humana. Con seguridad, en los momentos de las más graves catástrofes, cuando seres de nuestra especie son aniquilados.

Pero los relatos recopilados por Sebald se refieren a una situación específica: la destrucción total e innecesaria de ciudades alemanas de ninguna importancia, cuando el fin de la II Guerra Mundial era ya inminente.

En el momento de la aniquilación, los sobrevivientes no saben de verdad qué ha pasado. Recurren a automatismos patéticos: la encargada del cine destruido sólo atina a pensar en el programa que debe exhibir a las 2 de la tarde, como todos los domingos. En esos instantes no se puede saber aún qué especie resultará la dominante después de la catástrofe: si la humana, estupefacta, que no sabe qué decir o hacer, o alguna de las más repulsivas de la escala de lo vivo, que la historia natural ya ha diseminado.

¿Por qué se destruye lo que ya no tiene importancia? ¿Por qué se mata a quien ya no puede matar?

No por locura. O no, al menos, por una locura corriente. En medio de toda esa sinrazón, operaba en su extremo la racionalidad del capitalismo que fabrica: todo lo producido debe consumirse. Un general estadounidense de brigada aérea dijo: “en definitiva las bombas eran mercancías costosas que no se podían lanzar sobre las montañas o en un campo abierto después de todo el esfuerzo que había costado fabricarlas“

Habría que crear una “commonwealth“ con la Naturaleza, nombrando a la Ciencia Honesta como la persona ficticia que la represente en un contrato en que nuestra especie, procurando su propia preservación, restrinja sus excesos. ¿Sueño, abuso de las palabras? Sí - pero en ningún caso locura.

Ante todo, reconocer la urgencia, establecer una correspondencia sensata entre los ritmos de cada historia. Todavía en 1949, Jaspers podía decir que la historia de la naturaleza es infinitamente lenta si se la mide por la escala humana. Los cambios de la humanidad son, por el contrario “rápidos y conscientes“(12)

Ya no. Hoy los científicos serios señalan que las decisiones políticas son exasperantemente lentas frente a la rapidez insólita de los cambios naturales. Ahora sí que hacen falta cambios “rápidos y conscientes“(13)

La reflexión política

Hay que volver a examinar cuestiones viejas. El Estado, por ejemplo, al que secularmente se mira con prevención: desde el relato bíblico de Samuel hasta las teorías que piensan cómo se extinguirá.

Entonces ¿por qué Estado hoy?

Porque así como el ciudadano y sus representantes pueden operar como altavoces del sujeto político preocupado del problema esencial de hoy - la supervivencia de la especie es factible que el Estado sirva de multiplicador del esfuerzo autónomo. No es difícil encontrar agentes y subsistemas que, con diversos grados de verdadero interés, acepten dar importancia al problema esencial y puedan entender que el Estado se legitima cuando se asigna prioridades correspondientes a los peligros de hoy.

Si tales prioridades se establecen, el Estado puede dejar de ser un obstáculo para el desenvolvimiento del proceso de preguntas-y-respuestas que conducen hasta la verdadera raíz de la inhabilidad colectiva: el dominio del capital sobre los intercambios necesarios del mercado.

Podría ser útil la proposición que sigue:

Constitución Política. Artículo primero.

La finalidad primordial del Estado de Chile y la justificación actual de su existencia consisten en adecuar la sociedad a los graves cambios naturales ya producidos en el planeta y en asegurar la subsistencia igualitaria y solidaria de sus habitantes tras las desgracias colectivas que puedan afectarlos.

La Primera Magistratura asegurará que las políticas públicas se atengan rigurosamente a tal prioridad y, asimismo, promoverá el desarrollo de un sector de la economía que integre a las asociaciones de trabajo autónomo y artesanal, orientadas a producir para el consumo directo, y al progreso cultural de sus miembros.

Referencias
1. Marx-Engels. Manifiesto del Partido Comunista. “lucha (de clases) que terminó siempre con la transformación revolucionaria de toda la sociedad o el hundimiento de las clases en pugna

2. von Wright, G. Vetenskapen och förnuftet (Ciencia y Razón)

3. Torretti, R. 1971. Filosofía de la Naturaleza. Introducción.

4. Moulian, T. 1998. El consumo me consume

5. Recabarren, L. E. 2010. Ricos y pobres. LOM (25)

6. Benjamin, W. 2009. La dialéctica en suspenso. LOM. Traducción, introducción, Pablo Oyarzún Robles.

7. Salazar, G. 2012 Movimientos sociales en Chile - Trayectoria histórica y proyección política.

8. Mellado, M. 2009. Micropolíticas. Punto Final No 684.

9. Maturana, H. Entrevistado en Todos Queríamos Ser Verdes. 1994.

10. Bunge, M. 1983. La investigación científica. (709)

11. Sebald, N. G. 2007. Campo Santo. (64-91)

12. Jaspers, K. 1953. Origen y meta de la Historia.

13. Dörr, O. Catástrofe Ecológica en Marcha. El Mercurio, 25/5/2015: A2.

Adhesión a la candidatura de Alberto Mayol



IZQUIERDA CRISTIANA DE CHILE 
DECLARACIÓN PÚBLICA 

Adhesión a la candidatura de Alberto Mayol

IC, 8 de mayo de 2017

   La Izquierda Cristiana, se identifica plenamente con todas las luchas sociales en la consecución de una mirada y da cabida a todas las visiones de mundo y corrientes que manifiesten  categóricamente  su compromiso con  el ser humano”

Por ello buscamos la convergencia revolucionaria, teórica y práctica de la izquierda, desarrollando un trabajo común en todos los terrenos de acción política y social.”  Esas concepciones políticas nos motivan y comprometen desde hace 45 años. 

En el trabajo de construcción de nuestros sueños -en conjunto con nuestro pueblo-, declaramos que en la contingencia electoral, el candidato Alberto Mayol, es quien más  representa nuestra postura política.
   Nos parece que esa postura es cercana a los principios básicos de nuestra colectividad, dado que coincidimos en:

- Una oposición ideológica y política al capitalismo en su actual expresión neoliberal y financiera, que condiciona y controla las relaciones sociales, políticas y económicas, imponiendo una estructura de la sociedad basada en relaciones de dominación, jerarquías y explotación de personas y recursos naturales.
- Una adhesión y compromiso con los procesos políticos y sociales que estén por la construcción de caminos de liberación de los pueblos.

- Una vocación unitaria de nuestra organización que declara su adhesión a la formación de un Frente Amplio, en el que se incluya todas las miradas ideológicas y políticas con voluntad de cambios estructurales profundos para la sociedad.

En consecuencia con lo expresado, La Izquierda Cristiana de Chile, declara públicamente su adhesión a la candidatura de Alberto Mayol, en las primarias del Frente Amplio.

domingo

DECLARACIÓN PÚBLICA
ACERCA DE LA UNIDAD POLÍTICA Y SOCIAL DEL PUEBLO (19 de enero de 2017)

La Izquierda Cristiana de Chile, organización política cuya larga historia de compromiso en las luchas sociales, desde 1971, ha experimentado junto al pueblo todos los procesos de ilusión, desilusión, fragmentación y reconstrucción que han caracterizado la búsqueda de la unificación de las izquierdas en un proyecto político social con características propias.

A partir de un proceso de reflexión profunda que cristaliza en sus definiciones fundacionales, comparte al pueblo de Chile, su visión diagnóstica y propositiva para la transformación de las estructuras sociales y culturales del país.

Es del todo evidente que las diferentes expresiones del capitalismo han supeditado las necesidades fisiológicas del hombre y la felicidad de la vida humana a la acumulación de capital, con los subsiguientes privilegios de poder para unos pocos. Ello configura una concepción de desarrollo humano construida sobre un andamiaje ideológico que, sustentado en interpretaciones funcionales de variados modelos filosóficos, científicos, religiosos y tecnológicos, ocultan que el proyecto político del sistema capitalista nunca ha sido construir la realidad social con orientación al buen vivir de las personas.

El neoliberalismo, actual etapa del capitalismo, ha incrementado la acumulación de poder mediante mercantilización de todas las actividades humanas y la creación de necesidades artificiales. Por esta vía ha amplificado los mecanismos de dominación, aumentado la injusticia social y profundizado las marginalidades, a la vez que establecido una demanda siempre creciente de recursos naturales, tensionando nocivamente los mecanismos de autorregulación y autogeneración de la biósfera, nuestra casa, la de todos los seres humanos y la vida.

El marco jurídico presente es funcional al capitalismo: protege y fortalece los privilegios materiales y sociales de sus sostenedores.

En Chile, la administración y regulación política del Estado, ha sido dominada por dos  referentes principales que agrupan variadas concepciones ideológicas, que a lo largo de los últimos treinta años, no han significado sino distintas formas de  sumisión al modelo acumulativo de desarrollo.

Así, las fuerzas políticas dominantes pretenden resolver los anhelos y demandas del pueblo y de amplios sectores de la sociedad chilena, por la vía de enmarcarlos en el mismo modelo económico mercantilista que los provoca. No menos dramática, es la propaganda descalificadora de las demandas más radicales y la validación de los más variados métodos de violencia contra los individuos y colectivos que se erigen como actores políticos críticos. 

Su entrega y sumisión sin reparos a la administración, mantención, profundización y perpetuación del sistema, ha conducido a la pérdida de credibilidad en los actores políticos y minado la posibilidades de construir un Chile mejor, con verdadera justicia social, solidario, incluyente y comprometido con los DDHH.  

La Izquierda Cristiana de Chile es radicalmente opuesta, ideológica y políticamente, a que la acumulación capitalista en su versión neoliberal determine la estructuración de nuestra sociedad, y no acepta que el neoliberalismo como ideología condicione y controle las relaciones sociales, políticas y económicas.

A partir de ello, manifiesta su voluntad de establecer alianzas con todas y cada una de las organizaciones sociales y políticas que compartan ese principio.

Así también, declara su adhesión a todos los procesos políticos y sociales que estén por la construcción de caminos de liberación de los pueblos, en tanto surjan del ejercicio pleno de la democracia y de la inclusión sin reservas, de todos los sectores que compartan y declaren su disponibilidad para proponer y construir cambios sociales profundos.

En coherencia con aquello, declara su disponibilidad para la construcción de un referente político claramente diferenciado de las alianzas dominantes. Un referente que esté dispuesto a derrotar al capitalismo, a sus sostenedores y a sus administradores. Para este proceso compromete su potencialidad ideológica y militante.

En esta dirección, la Izquierda Cristiana, ha observado, a través de sus militantes, procesos de auto-organización local compuestos por varias expresiones políticas de cambio, organizaciones sociales y multitudes que se reconocen como actores, y cuya función es lograr avances en las demandas tanto sectoriales-territoriales como nacionales. Asimismo valora el espíritu unitario de estos procesos y su capacidad de llegar a acuerdos, y ve en ellos el fruto de un ejercicio colectivo y participativo en el que
se expresan todas las voces.

Sin embargo, un referente político que aspire a lograr una unidad profunda, duradera y con capacidad de lograr cambios significativos, que no considere entre sus actores principales al pueblo de Chile y sus diversas organizaciones sociales, sindicales, partidarias y políticas, tengan o no representación parlamentaria, terminará por convertirse en un referente hegemonizante y prioritariamente abocado a satisfacer aspiraciones electorales, como ya ha ocurrido con otros fenómenos políticos.

Es por eso que la Izquierda Cristiana, tiene la mejor disposición para conformar un Frente Amplio, que albergue en su seno todas las corrientes y vertientes de la verdadera izquierda chilena, y que reciba a toda organización social, sindical, cultural y política.

Bajo estos principios, la Izquierda Cristiana, anuncia que, en la actual contingencia nacional, la idea de conformación de un Frente Amplio, en el que quepan todas las expresiones ideológicas y políticas comprometidas con una real superación del capitalismo, es concordante con sus objetivos y aspiraciones, y reconoce la participación que sus militantes han ejercido en las instancias que caminan en esa dirección.

Lo hacemos entendiendo que la participación en un Frente Amplio es un acto de construcción de soberanía popular, en cuyo seno debe fomentarse el fortalecimiento de los distintos grupos, organizaciones y comunidades políticas que se reconocen en la unidad de las izquierdas.

De esta manera los acuerdos serán asumidos como inherentes a las fuerzas sociales y políticas, mostrando que somos mucho más que la suma de las partes; lo que solo puede
materializarse si el ejercicio de la asamblea y la democracia directa se hacen cotidianos en la gestión de esta alianza.

Con la fuerte convicción de la necesidad de lograr el aglutinamiento de todas las fuerzas
políticas que hacen resistencia al sistema de forma honesta y sin más interés que lograr el bienestar del pueblo de Chile, inspirador de nuestra lucha, la Izquierda Cristiana, ha determinado que se sumará en propiedad al Frente Amplio, y desarrollará todos los esfuerzos para que este referente haga realidad los términos expresados en este documento.

En coherencia con todo lo anterior, hacemos una invitación a todas las instancias políticas, sociales y organizacionales a sumarse a este esfuerzo con la generosidad que se requiere para construir una unidad que, como prioridad política, tiene la tarea de dotarse de una plataforma de demandas y transformaciones que proponer al conjunto de la sociedad chilena, la que debe ser enriquecida por la mayor cantidad posible de comunidades y organizaciones.

EN ESTA LARGA JORNADA, SOLO LA UNIDAD NOS HARÁ AVANZAR


 19 de enero de 2017